
La sensación era amarga, se había jugado bien, y el resultado era justo, pero no se iba de la cabeza que los dos tantos encajados eran culpa nuestra. Panzet bajo de la grada a enseñarnos sus heridas y darnos ánimos para la segunda mitad.
Tras el descanso, A.Josvi salió decidido a presionarnos y meternos atrás, y le costaba, pero lo iba consiguiendo. Nos costaba mucho salir, Berti y Lomas no conseguían subir la pelota, apoyarse en Teo, no daba resultado, y Fredo y Oscar lo intentaban por su cuenta, sin mucho éxito. A pesar de todo, el equipo en bloque defendía bastante bien y en las ocasiones que recibíamos, Mario, trataba de enmendar su error en el segundo gol. Así aguantamos el resultado casi un cuarto de hora, hasta que un defensa encaró a Teo en medio campo, se fue de el con una bicicleta, y soltó un cañonazo que se coló por la mismísima escuadra, no dejándonos más opción que aplaudirle. Y como suele pasar en estas ocasiones, una vez abierta la lata, los goles van cayendo. Otro rival, se cruzó nuestro campo en diagonal y la picó ante la salida abajo del portero del Tottas poniéndoles por primera vez por delante. Y desde la misma posición, esta vez por bajo, el tercer tanto encajado cinco minutos, dejaba la sensación de que el partido estaba sentenciado. Se pidió tiempo muerto, para recomponernos y discutir la idea de sacar portero/jugador. Esta vez, tras las últimas experiencias, varias voces se mostraron contrarias, pero finalmente se optó por intentarlo, bajo la premisa de que da igual perder por dos que por cuatro. La desesperación no tardo mucho en llegar al banquillo al ver que las buenas intenciones se quedaban en eso. En cuanto se tenia la pelota se tiraba para arriba sin ninguna intención de esperar al portero. Y que no solo no se creaba peligro, sino que se concedían intentos a puerta vacía. En dos ocasiones el balón salió a menos de medio metro los palos, y en una tercera, que si iba adentro el pié de Fredo lo evitó por los pelos. En una de las pocas veces que conseguimos tocar en superioridad en su campo, Berto encontró hueco para chutar y recortó distancias, 5-4. Y ya sin casi sin tiempo, fueron ellos mismos, que ya llevaban 5 faltas los que nos dieron la oportunidad de empatar, cometiendo una absurda en nuestra propia área. Lomas cogió la pelota para lanzar el doble penalti, y mientras se encaminaba a ello, Berto le pidió la sudadera para ponerse el por si había rebote, a lo que este le contesto rotundamente…”No, si no va a haber rebote”. Y con esta convicción, la pegó tan ajustada, que golpeó en el palo antes de convertirse en el 5-5 final.
Pajotinhas:
Mario 1 pj.
Berto 2 pj.
Berti 1 pj.
Lomas 2 pj.
Oscar 2 pj.
Fredo 1 pj.
Teo 1 pj.
Uribe 1 pj.
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